el ultimo tren

La sala blanca radiante, el entro por la puerta con la cara de poker que tenia a diario. El imagino tambien que deberia haber sido igual de blanca cuando hace ya 70 años el habia salido del vientre de su madre, aquella mañana calurosa de enero.
Jorge era un hombre de 70 y moneditas, enfermo ya con dolores y achaques que le hacian pensar que lo mejor era ya empezar a dejar los terrenal y tomarselas para arriba o para abajo.
Lo unico que tenia seguro es que despues del dolor que lo aquejaba se estaba llendo, el empezaba a ser feliz. De a poco los calmantes, lo empezaban a alivianar y el equipaje para el viaje se iba desarmando de camino. Los rostros a su alrededor llevaban caras de preocupación mezcladas con tristeza, todo junto. El suyo en cambio tenia una paz inucitada. La tranquilidad lo llevaba de la mano y a su vez al ladito estaba la incertidumbre... Si la gorda que tanto amo durante años estaria esperandolo alla arriba, despues de dos años de verla en una lapida fria de marmol ahora por ahí capaz, la tenia ahi cerquita, cara a cara.
La anestecia seguia haciendo su efecto, los dolores que le achacaban el cuerpo se habian ido todos y ya no molestaban más. El cuerpo entro en una alquimia que lo hacia liviano cual pluma, donde ya no habia por que temblar, ni sufrir por los perros que ayer durante su pasado de obrero le habia toreado y mordido los tobillos. Ahora el equipaje armado lo invitaba a tomarselas, a dejar la tierra con la tranquilidad de no joder a nadie, con el firme deseo de que todo a partir de ahora sera mejor.
Ahora el estaba con unas ganas tremendas de estar bien pero, bien vivo, para emprender el ultimo viaje, se levanto los vio a todos sollozando. Trato de explicar, que no pasaba nada, que era solo un cambio de materia pero se ve que esta prohibido eso de hablar con los que siguen por aquellos lados. Alguien de la mano lo llevo, lo guio por un estrecho pasillo donde a pesar de todo lo que llevaba se sentia levitando, dentro de un baul grandote llevaba recuerdos al por mayor su padre, su madre, el patio de la casa de niño, su primer amor, una foto con la flor en el ojal de su 1er día de escuela, su primer hijo y la sangre de su sangre al costado de su cama despiendolo.
El pasillo por el que iba desemboco en una gran sala, y cual estación de tren se subio a lo que parecia llevarlo a destino. Llego y encontro lo que no creyo, amigos de infancia, amigos de vida, y a lo lejos, la tota, el amor de su vida creadora de su descendencia lo esperaba con lagrimas en los ojos. Dos años pasaron y se reencontraron. Jorge terco, como pudo fue peleando un batalla inutil contra un destino que esta maracado para todos igual pero que en algunos casos rompe con años de tristeza y encuentro de caras con gente que hace mucho tiempo nos hizo felices.
Yo lo vi llegar a lo lejos, no quise meterme entre el gentio a saludarlo. Voy a esperar a mañana y lo saludare con el abrazo que corresponde, es mi hermano ya se, pero quiero que sea con su mujer con quien pueda charlar y matear hoy por la noche. Mañana nos acordaremos de las macanas que nos mandamos cuando eramos gurises.
F. L. G "alias" P4ToTa