martes, 30 de junio de 2015

Extrañar


 EXTRAÑAR: Fuerza salvaje casi que formadora de tornados, maremotos y huracanes que nos moviliza, que nos impulsa en una búsqueda casi asnal es pos de lograr encontrar eso que nos pincha, nos molesta, nos daña.

Es muy de Humano esto de sufrir por la ausencia de algo o de alguien, pero tenemos distintas formas: Por que sabemos a veces de que esa persona que nos falta no esta, no vendrá y no volverá que decidió partir; Tenemos otra forma que es cuando nos hace falta alguien, pero sabemos que quizás regrese... Por ultimo esta la peor, la forma mas espantosa, la que nos come vivos por dentro. Extrañar a alguien teniéndolo al lado y sabiendo que difícilmente podamos alguna vez tener contacto con el.
 Nosotros los terrestres, los que por suerte tenemos conciencia y razonamos; adolecemos estas cuestiones que nos lastima en exceso:
 las relaciones sociales que entablamos nos pueden herir, nos duelen los amores, nos daña la partida de algún ser querido, nos lastima algún amorío por ahí y el desamor también corta un trocito de piel, nos rompe la distancia de algún cariño, etc.
Nosotros extrañamos por naturaleza y en ese extrañar se nos puede partir el alma
Para este caso en particular no logro describir con palabras la ausencia, no consigo exteriorizar el dolor de no tenerlos y se me hace imposible manifestar más que con lágrimas, la obsesión que a diario tengo por que vuelvan aunque sea un ratito de vez en cuando a charlar conmigo y compartir unos amargos cosa de poder contarles como están mis cosas, como de a poco su niño se vuelve hombre, aunque cambiaría el oro del mundo, el petróleo de los turcos completo por volver un rato para atrás y que ambos me caguen a pedo por alguna macana que no debí mandarme.

En síntesis los extraño, en síntesis los quiero siempre y por último los necesito como siempre por acá al lado, soltando algún consejo, regalando algún mate o compartiendo una cerveza en verano en la puerta de casa.

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